Desde el exterior del oído humano se puede ver sólo el pabellón auricular y la entrada del conducto auditivo. En el final del canal auditivo interno está el tímpano, que es una membrana delgada que protege el oído medio y el oído interno. Todos los sonidos y ruidos, como la música, el lenguaje y las máquinas, envían ondas sonoras invisibles que se convierten en señales eléctricas y se transmiten al cerebro. El oído humano puede percibir niveles de volumen de 10 a 140 decibeles.